Recién salido del horno

Pero aun no listo para comerse. Demasiado caliente. Si se corta un pedazo y se deglute, corremos el riesgo de arruinar el resto y enfermarnos del estómago. Hay que esperar la temperatura ideal.

Como referencia: NUNCA COMER A TEMPERATURA AMBIENTE. Aunque la mayoria de la gente diga que es lo mejor (por que es lo normal), probablemente sabrá igual que todos los demás -nada recomendable- y casi no sentirá gusto.

Si el Daniel que ha metido al horno está siendo simplemente recalentado, sugerimos tomar las mismas precauciones que si fuera recién hecho. Tendrá un gusto distinto, pero no menos sabrozo.